La doctora Sánchez quería trasladar su clínica de medicina estética a un nuevo emplazamiento en el casco histórico de Guadalajara, frente al museo Sobrino.

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Se quiere dar más visibilidad a la clínica pero manteniendo la privacidad necesaria de los clientes. Para ello se colocó una franja de vidrios blancos que permite el paso de la luz pero no la visión. En el interior, la luz entra difuminada creando un ambiente más acogedor. Se juega con diferentes alturas de techo, elementos opacos y traslúcidos para crear distintas zonas de trabajo y estancia.

La doctora nos solicitó también un diseño de un logotipo y elementos de papelería para la nueva clínica.